Cómo identificar si tu hijo tiene Trastorno por Déficit de Atención e hiperactividad.

El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es una condición neurobiológica que afecta a una cantidad significativa de niños en todo el mundo. Como padres, es natural preocuparse por el desarrollo y el comportamiento de nuestros hijos. Sin embargo, puede ser complicado discernir si las conductas que presentan son parte del desarrollo normal o si son señales de TDAH. En este artículo, te proporcionaremos información valiosa para ayudarte a identificar los signos y síntomas del TDAH en tu hijo.

¿Qué es el TDAH?

El TDAH es un trastorno del neurodesarrollo caracterizado por niveles inapropiados de inatención, hiperactividad e impulsividad. Estos síntomas pueden interferir significativamente con el desarrollo y el funcionamiento del niño en diversas áreas, como la escuela, el hogar y las relaciones sociales. Comprender qué es el TDAH es el primer paso para poder identificarlo y buscar ayuda.

Principales síntomas del TDAH

El TDAH se manifiesta en tres formas principales: predominantemente inatento, predominantemente hiperactivo-impulsivo y combinado. A continuación, te presentamos los síntomas asociados a cada forma:

1. Predominantemente inatento:

Dificultad para mantener la atención: El niño puede tener problemas para concentrarse en tareas o actividades recreativas, lo que puede afectar su rendimiento académico.
Parece no escuchar: Puede parecer que no presta atención cuando se le habla directamente, lo que puede ser frustrante para los padres.
Problemas para seguir instrucciones: Los niños pueden no finalizar tareas, lo que puede llevar a conflictos tanto en casa como en la escuela.
Dificultades organizativas: Les cuesta organizar tareas y actividades, lo que puede resultar en caos en su día a día.
Evita tareas que requieren esfuerzo mental: Puede mostrar aversión hacia actividades que demandan concentración prolongada.
Pérdida de objetos: Frecuentemente olvidan objetos necesarios para completar tareas o actividades.
Distraibilidad: Son fácilmente distraídos por estímulos externos, lo que interfiere con su capacidad para centrarse.
Olvidos en actividades diarias: A menudo son olvidadizos, lo que puede generar frustraciones para ellos y sus familias.

2. Predominantemente hiperactivo-impulsivo:

Hiperactividad: Suelen moverse constantemente, mover las manos o los pies, o retorcerse en su asiento.
Dificultad para permanecer sentado: Se levantan en situaciones en las que se espera que permanezcan quietos.
Conducta inapropiada: Pueden correr o trepar en situaciones que no lo requieren.
Dificultades para jugar tranquilamente: Les cuesta realizar actividades que requieren calma.
Exceso de energía: Su comportamiento puede parecer que están «en marcha», actuando como si tuvieran un motor.
Habla excesiva: Tienden a hablar sin parar, lo que puede resultar agotador para quienes los rodean.
Respuestas precipitadas: A menudo responden antes de que se hayan completado las preguntas, mostrando impaciencia.
Interrupciones: Suelen interrumpir a los demás, lo que puede llevar a conflictos en sus interacciones sociales.

3. Combinado:

Este tipo incluye una combinación de síntomas de inatención e hiperactividad-impulsividad. Es común que los niños con TDAH presenten síntomas de ambas categorías, lo que puede hacer que su comportamiento sea más complejo de manejar.

¿Cuándo deberías preocuparte?

Es fundamental recordar que todos los niños pueden exhibir algunos de estos comportamientos ocasionalmente. Sin embargo, si los síntomas son persistentes, ocurren en más de un entorno (como en casa y en la escuela) y afectan significativamente la vida diaria de tu hijo, es importante prestar atención. Algunos puntos a considerar son:

Duración de los síntomas: Los síntomas deben estar presentes durante al menos seis meses para que se considere un diagnóstico.
Impacto en la vida diaria: Si los síntomas interfieren significativamente con el rendimiento académico, social o familiar del niño, esto puede ser motivo de preocupación.
Inicio temprano: Los síntomas deben haber aparecido antes de los 12 años para cumplir con los criterios de diagnóstico.

Qué hacer si sospechas que tu hijo tiene TDAH

Si tienes la inquietud de que tu hijo podría tener TDAH, es vital tomar medidas para obtener un diagnóstico adecuado y el apoyo necesario:

Habla con un profesional de la salud

Lo primero que debes hacer es consultar con el pediatra de tu hijo o un especialista en salud mental, como un psicólogo o psiquiatra infantil. Ellos pueden ofrecerte una evaluación inicial y guiarte en el proceso.

Observa y documenta los síntomas

Es recomendable mantener un registro de los comportamientos y las situaciones en las que se manifiestan los síntomas. Esto puede ser útil durante las consultas con profesionales de la salud, ya que proporcionará un contexto valioso.

Colabora con la escuela

Habla con los maestros y el personal escolar para obtener su perspectiva sobre el comportamiento de tu hijo en el entorno educativo. Su observación puede ser crucial para el diagnóstico y el apoyo.

Busca evaluación y diagnóstico

Un diagnóstico formal generalmente implica una evaluación detallada que puede incluir cuestionarios, observaciones y entrevistas con el niño y los padres. Este proceso puede llevar tiempo, pero es fundamental para asegurar que tu hijo reciba la ayuda adecuada.

Tratamiento y apoyo

El tratamiento para el TDAH suele ser multimodal y puede incluir varias opciones:

Terapia Conductual: Ayuda al niño a desarrollar habilidades para manejar su comportamiento y mejorar su auto-regulación.
Medicamentos: En algunos casos, se pueden recetar medicamentos que ayuden a controlar los síntomas y mejorar el enfoque.
Intervenciones Educativas: Ajustes en el entorno escolar y estrategias de enseñanza adaptadas son fundamentales para apoyar a los niños con TDAH.
Apoyo Psicosocial: Incluye terapia familiar y grupos de apoyo, que pueden ser muy beneficiosos tanto para el niño como para sus padres.

En Babypar, entendemos que el desarrollo infantil es un tema complejo. Creemos que proporcionar contenido de calidad en forma de vídeos y podcasts puede ayudar a educar a padres y niños sobre diversas temáticas, incluyendo el TDAH. Es importante fomentar un ambiente de apoyo y comprensión, donde los niños puedan desarrollarse plenamente.

Si estás buscando más información y recursos sobre el TDAH, no dudes en explorar materiales educativos y mantener una comunicación abierta con los profesionales de la salud y la educación de tu hijo. Recuerda que el TDAH es una condición manejable y que, con el apoyo adecuado, muchos niños logran crecer y llevar vidas exitosas y felices.