Cómo ayudar a tu hijo a identificar y nombrar sus emociones

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Aprender a identificar y nombrar las emociones no es una habilidad innata, sino una capacidad que se desarrolla poco a poco. Y como tantas otras cosas en la infancia, se aprende con el ejemplo, la práctica y mucho acompañamiento.

En Babypar, creemos que enseñar a nuestros hijos a ponerle nombre a lo que sienten es un paso esencial para su bienestar emocional, su autoestima y sus relaciones. Por eso, te traemos una guía práctica para ayudarte en ese proceso desde casa, con herramientas reales, ejemplos cotidianos y un enfoque empático que no parte del juicio, sino del acompañamiento.

¿Por qué es importante que los niños aprendan a identificar sus emociones?

Muchos problemas de conducta en la infancia no son otra cosa que emociones mal gestionadas. Cuando un niño no sabe lo que le pasa o no encuentra las palabras para explicarlo, puede sentirse frustrado, actuar con agresividad o aislarse.

Aprender a identificar sus emociones les ayuda a:

Y no, no se trata de que tu hijo diga “estoy experimentando ansiedad social”, sino que pueda decir simplemente: “tengo miedo” o “me siento incómodo”.

¿Desde qué edad podemos empezar a hablar de emociones?

Desde el nacimiento. Aunque parezca pronto, los bebés ya expresan emociones básicas: alegría, enfado, miedo… Lo importante es que tú pongas palabras a lo que ves:
📍 “Veo que estás molesto, ¿necesitas que te coja?”
“¡Qué sonrisa! Estás muy contento jugando con la pelota”.

Esta narración emocional no solo enriquece el lenguaje, sino que también establece un vínculo afectivo más profundo.

A partir de los 2-3 años, los niños ya empiezan a usar palabras como “triste”, “enfadado” o “feliz”, especialmente si las han escuchado con frecuencia en casa.

Cómo enseñar a tu hijo a poner nombre a lo que siente: estrategias reales

1. Nombrar sus emociones en tiempo real

Una de las herramientas más eficaces es verbalizar lo que tu hijo siente mientras lo está viviendo.
Ejemplo real: Si tu hija de 4 años rompe su torre de bloques y empieza a gritar, puedes decirle:
“¡Vaya! Estás muy frustrada porque llevabas mucho tiempo construyendo. Es normal sentir rabia cuando algo no sale como queremos.”

Así no solo validas lo que siente, sino que le ofreces vocabulario para usar en el futuro.

2. Hablar de emociones en los momentos tranquilos

La educación emocional no ocurre solo en las crisis. Es aún más eficaz cuando se hace desde la calma. Puedes aprovechar un cuento, una canción o una situación cotidiana para hablar del tema.
Ejemplo real: “¿Te acuerdas de cuando fuimos al parque y no querías subir al tobogán alto? ¿Qué sentías en ese momento? ¿Miedo, vergüenza?”.

3. Utiliza cuentos, juegos y recursos visuales

Los cuentos ilustrados, los tableros de emociones o las cartas con caritas ayudan muchísimo a identificar estados de ánimo. En Babypar, trabajamos estos recursos en nuestros podcasts, vídeos y talleres para familias, donde mostramos cómo introducirlos de forma natural en el día a día.

4. Crea un espacio para expresar sin miedo

Evita frases como “no llores”, “no te enfades por eso” o “eso no es para tanto”. En lugar de frenar la emoción, permite que la sientan, incluso aunque te incomode.
Ejemplo real: Si tu hijo de 5 años llora porque ha perdido un juego, en vez de decir “no pasa nada”, puedes decir:
“Estás triste porque querías ganar. Es frustrante, lo entiendo. ¿Te abrazo?”

5. Modela tú también tu mundo emocional

Decir en voz alta cómo te sientes les enseña que no hay emociones buenas ni malas, y que todos tenemos días complicados.
“Hoy estoy un poco nervioso porque tengo mucho trabajo. Voy a respirar hondo para calmarme”.
“Estoy muy feliz porque vamos a pasar tiempo juntos esta tarde”.

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Preguntas frecuentes de padres y madres

¿Y si mi hijo no quiere hablar de lo que siente?
A veces no es el momento. Otras veces no tienen el lenguaje todavía. Puedes ofrecer tu presencia sin presionar. A veces basta con estar cerca, en silencio, para que empiecen a expresarse.

¿Qué pasa si yo tampoco sé gestionar mis emociones?
Entonces es un buen momento para empezar a trabajarlo contigo mismo. No necesitas tenerlo todo resuelto, solo mostrarte disponible para crecer junto a tu hijo. En Babypar te acompañamos también con herramientas pensadas para madres y padres.

Aprender a identificar emociones es un proceso gradual. Tu hijo no necesita tener un vocabulario emocional perfecto, pero sí necesita sentirse acompañado, escuchado y comprendido.

Desde Babypar, te ofrecemos herramientas reales, consejos prácticos y contenido útil para que puedas acompañarlo en este camino. Porque educar en las emociones no es una meta, sino una forma de criar.