Entre los 3 y los 10 años, los niños atraviesan una etapa crucial para aprender…
¿Cuánta actividad física necesita un niño de 3 a 10 años para desarrollarse bien?
Criar niños sanos va más allá de una buena alimentación y de un buen descanso. La actividad física es una pieza clave en su desarrollo físico, mental, social y emocional. Pero ¿cuánta actividad necesita un niño entre 3 y 10 años para “estar bien”? En este artículo iremos paso a paso para padres y madres, explicando qué recomiendan los expertos, cómo adaptarlo a la vida cotidiana y qué señales tener en cuenta.
Beneficios de que los niños se muevan bastante
Antes de entrar en cifras, vale recordar por qué esto es tan importante:
- Mejora la salud cardiovascular, la capacidad pulmonar y ayuda a mantener un peso saludable.
- Favorece la fuerza ósea, el desarrollo muscular, y la coordinación.
- Impacta positivamente en su estado de ánimo: reduce la ansiedad, estrés y mejora la autoestima.
- Apoya el desarrollo cognitivo: atención, memoria, aprendizaje.
- Fomenta habilidades sociales: al jugar con otros, compartir, negociar.
- Sienta las bases de hábitos saludables para toda la vida.
Estas conclusiones están bien respaldadas por estudios internacionales.
Recomendaciones oficiales: ¿cuánto es “suficiente”?
Los expertos han consensuado unas recomendaciones básicas. Vamos a ver qué dicen para los distintos tramos de edad:
Niños de 3 a 5 años (preescolares)
Para los más pequeños, la idea no es marcar “minutos exactos” tan estrictos, sino integrar movimiento en su día:
- Deben estar activos durante todo el día, mediante juegos, desplazamientos, saltos, carreras pequeñas.
- No tiene que ser estructurado, puede ser juego libre, exploración, correr, bailar.
- Evitar períodos prolongados de sedentarismo (más de 1 hora de estar sentados sin moverse).
- Incluir momentos de juegos que fortalezcan músculos (trepar, arrastrarse) y estimulen movimientos variados.
Varias guías relacionan para esta edad un objetivo de hasta 3 horas al día de actividad variada (ligera, moderada, vigorosa), repartidas en toda la jornada. Por ejemplo, la American Heart Association sugiere “aproximadamente 3 horas al día de una variedad de actividades (ligeras, moderadas y vigorosas)” para edades preescolares.
Niños de 6 a 10 años (edad escolar)
Aquí las recomendaciones son más claras y específicas:
- Mínimo 60 minutos al día de actividad de intensidad moderada a vigorosa (o lo equivalente acumulado a lo largo del día).
- Al menos 2 a 3 días por semana, incluir actividades que fortalezcan los músculos (trepar, subir escaleras, juegos que exijan empujar, tirar) y actividad que beneficie los huesos (saltos, carrera, brincar).
- La actividad no tiene que ser continua: puede dividirse en segmentos de 10–15 minutos, varias veces al día.
- Aumentar la variedad: juegos al aire libre, deportes, montar en bici, andar caminando, clases guiadas, etc.
Estas recomendaciones son consideradas un mínimo saludable; más actividad puede ofrecer beneficios adicionales.
Cómo traducir esas recomendaciones al día a día de tu hijo
Saber los “números” es útil, pero lo realmente valioso es cómo implementarlo. Aquí tienes ideas concretas:
| Momento del día | Ideas para incorporar actividad |
|---|---|
| Mañana | Ir caminando o en bicicleta al colegio si es seguro; jugar antes de desayunar |
| Colegio | Participar activamente en el recreo (carreras, juegos con pelota) |
| Tarde / merienda | Paseos familiares, ir al parque, juegos libres al aire libre |
| Después de cena | Bailar música, juegos activos dentro de casa (la “batalla de almohadas suave”, saltos, carreras ligeras) |
| Fines de semana | Excursiones, rutas en bici, deportes, piscina, juegos en grupo con amigos |
Algunas sugerencias más:
- Establece rutinas diarias que incluyan “pausas activas” (5–10 minutos de movimiento entre tareas).
- Limita el tiempo de pantalla (televisión, tablet, móvil) especialmente en momentos sedentarios.
- Ofrece variedad para que el niño pruebe deportes, danzas, juegos, actividades distintas.
- Sé modelo activo: si los adultos en casa se mueven, los hijos lo verán como natural.
- Haz que la actividad sea divertida, no una tarea: elige juegos que el niño disfrute.

La actividad física no es algo “extra” en la vida de los niños: es esencial para un desarrollo equilibrado, tanto físico como emocional y cognitivo. Si como madre o padre puedes ayudar a que tu hijo lleve una vida con movimiento habitual, con variedad y con motivación, estarás construyendo una base sólida para su salud presente y futura.
No esperes a que “tenga ganas” siempre: organiza espacios, tiempos y oportunidades para que moverse sea tan natural como comer o dormir.
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