En casa también se pueden construir pequeños refugios de bienestar emocional. Un rincón de calma…
Mamitis y papitis: cómo actuar para fortalecer la autonomía de tu hijo sin culpabilidad

La mamitis y la papitis son dos términos coloquiales que describen una situación muy común: el niño o la niña muestra una preferencia marcada por uno de sus progenitores a la hora de buscar consuelo, jugar o recibir atención.
Aunque pueda generar dudas y cierta frustración en el adulto que no es “el elegido”, en la mayoría de los casos se trata de una etapa evolutiva normal, relacionada con el desarrollo del apego seguro y la necesidad de sentirse protegido.
En este artículo te explicaremos qué significan, por qué no debes sentirte culpable y cómo acompañar a tu hijo para favorecer su autonomía sin dañar el vínculo.
¿Qué es la mamitis y la papititis?
- Mamitis: Preferencia marcada por la madre como figura principal de apego.
- Papitis: Preferencia por el padre en la misma función.
Estas fases suelen aparecer entre los 8 meses y los 3 años, aunque pueden prolongarse en algunos niños dependiendo de su temperamento, experiencias previas y contexto familiar.
También pueden intensificarse en momentos de cambio:
- Inicio en la guardería o colegio.
- Llegada de un hermano.
- Mudanza o separación de los padres.
Según la teoría del apego de John Bowlby, esta conducta es una manera que tiene el niño de garantizar su seguridad emocional mientras explora el mundo.
Por qué no debes sentirte culpable
La culpa es una emoción muy frecuente en los padres cuando su hijo parece “rechazar” al otro progenitor. Sin embargo:
- Es normal que el niño se sienta más cómodo con la figura con la que pasa más tiempo o que responde más a sus señales.
- La preferencia no significa que no quiera al otro padre o madre.
- Con el tiempo, la preferencia suele equilibrarse de manera natural.
Por eso, culparse o entrar en competencia con la otra figura parental no solo no ayuda, sino que puede añadir tensión innecesaria al ambiente familiar.
Estrategias para fomentar la autonomía sin romper el vínculo
A) Valida sus emociones
Cuando tu hijo exprese su preferencia, reconoce su necesidad:
“Entiendo que ahora quieras estar con mamá, y papá también está aquí para cuidarte y jugar contigo”.
La validación transmite seguridad y ayuda a que el niño se abra a nuevas experiencias.
B) Introduce pequeñas separaciones positivas
Empieza con intervalos cortos en los que el niño esté con el otro progenitor en un entorno seguro y agradable. Con el tiempo, aumenta la duración para que aprenda a desenvolverse sin ansiedad.
C) Crea rutinas compartidas
Los niños se sienten seguros con la previsibilidad. Establecer actividades exclusivas con cada figura fortalece el vínculo:
- Con mamá: leer un cuento antes de dormir.
- Con papá: cocinar juntos un postre.
D) Refuerza su autoestima
Cada vez que haga algo por sí mismo, reconócelo con frases concretas:
“Has guardado tus juguetes sin que te lo pidiera, eso demuestra que eres responsable”.
Este refuerzo positivo motiva y favorece la independencia.

Errores comunes que debes evitar
- Forzar el cambio: Obligar a que pase tiempo con el otro progenitor como castigo aumenta la resistencia.
- Competir por su atención: Evita comparaciones o frases que pongan a prueba la preferencia del niño.
- Minimizar sus emociones: Decir “No seas bebé” invalida sus sentimientos y debilita la confianza.
Preguntas frecuentes que se hacen muchos padres
¿La mamitis o papitis es un signo de malcrianza?
No. Es una fase natural del desarrollo socioemocional.
¿Puede durar más allá de los 5 años?
Sí, aunque lo habitual es que disminuya antes. Si persiste y limita su vida social o escolar, conviene consultar a un especialista.
¿Y si la preferencia cambia de repente?
Es completamente normal que la figura preferida varíe con el tiempo o según la actividad.
Cuándo pedir ayuda profesional
Si notas que la dependencia es extrema, que el niño muestra ansiedad intensa ante separaciones cortas o que la preferencia interfiere en su vida diaria, un psicólogo infantil puede orientarte con estrategias adaptadas a vuestra situación.
La mamitis y la papititis no son un problema en sí mismas, sino una etapa que, bien gestionada, puede fortalecer el vínculo y la autonomía del niño. La clave está en combinar afecto, validación y oportunidades para crecer.
Recuerda: un niño que se siente seguro con sus figuras de apego tendrá más facilidad para explorar el mundo con confianza y desenvolverse de manera independiente.
También te puede interesar
-
¿Cómo crear un rincón de calma en casa para tu hijo?
-
Cómo ayudar a tu hijo a identificar y nombrar sus emociones
Aprender a identificar y nombrar las emociones no es una habilidad innata, sino una capacidad…
-
¿Cuándo y cómo empezar a enseñar a tu hijo a ordenar sus cosas?
Enseñar a ordenar a los niños no siempre es fácil, pero es una habilidad que…
-
Cómo identificar si tu hijo tiene Trastorno por Déficit de Atención e hiperactividad.
El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es una condición neurobiológica que afecta…
-
Mamitis: Qué es, por qué ocurre y cómo gestionarla sin culpas
Si tu hijo llora cuando te alejas, te busca constantemente y parece que solo quiere…